“Para que el sol descienda de su esfera, y sea degradado a un átomo disperso; para que un ángel sea echado del cielo, y ser convertido en una tonta mosca o gusano, no hubiera sido tan grande humillación; pues antes fueron criaturas, y así seguirían siendo, aunque en un orden inferior de especies o criaturas. La distancia entre la más altas y bajas especies de criaturas, no es más que una distancia finita. El ángel y el gusano habitan no tan lejos por separado. Pero para que el infinito glorioso Creador de todas las cosas, se haya hecho una criatura, es un misterio que excede todo entendimiento humano. La distancia entre Dios y el más elevado orden de criaturas, es una distancia infinita. Se dice que Él se humilló a sí mismo, para contemplar las cosas que son hechas en el cielo. ¡Qué humillación es entonces ésta, para contemplar las cosas en el mundo inferior! ¡Pero para nacer en él, y convertirse en un hombre! Sin duda grande es el misterio de la piedad. ‘He aquí (dijo el profeta, Isaías 40:15, 18) que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas como polvo. Como nada son todas las naciones delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos que nada, y que lo que no es’ Si, ciertamente, esta gran e incomprensible Majestad se va a inclinar al estado y condición de una criatura, podríamos fácilmente creer, que una vez siendo una criatura, Él se expondría a hambre, sed, vergüenza, expectoración, muerte, o cualquier cosa excepto pecado. Para que una vez siendo hombre, Él deba soportar cualquiera de estas cosas, no es tan maravilloso, como que Él deba convertirse en un hombre. Este fue el paso bajo, ¡ciertamente una profunda humillación!” (Works, Vol.1, p.226-227).

​“Además, Jesucristo no sólo abandona lo angelical, y asume la naturaleza humana; pero también asumió la naturaleza humana, luego que el pecado haya manchado la gloria original de él, y debilitado la belleza y excelencia de lo mismo. Por el cual Él vino no en nuestra naturaleza después de la caída, pese a que su gloria estuviera fresca en ella; pero vino, como habla el apóstol, ‘En semejanza de carne de pecado’ (Romanos 8:3), por ejemplo, en carne que tenía las marcas, y miserables efectos, y consecuencias de el pecado en ella. No digo que Cristo asumió carne pecaminosa, o carne realmente contaminada por pecado. Lo que nació de la Virgen fue santo. Porque por el poder del Altísimo (si por energético mandato y orden del Espíritu Santo, como algunos; o si por Su providencia y bendición, no lo disputo) de lo que el cuerpo de Cristo fuera a ser formado, fue tan santificado, que ninguna mancha o marca de polución original se mantuvo en él. Sin embargo, aunque no tenía pecaminosidad intrínseca, tuvo los efectos del pecado sobre él; sí, fue acompañado de la tropa completa de infamias, que el pecado al principio dejó en nuestra común naturaleza, como el hambre, sed, cansancio, dolor, mortalidad, y todos estos males y debilidades naturales que obstruyen nuestro miserable estado natural, y haciéndolo gemir día tras día bajo ellas» (Works, Vol.1, p.227-228)

«Debido que, aunque no era un pecador, sin embargo parecía uno: y aquellos que lo vieron y conversaron con él, lo tomaron por pecador; viendo todos estos efectos del pecado sobre Él. En estas cosas Él estuvo cerca de pecar como Su santidad pudo permitir. Oh, ¡qué inclinación fue esta! El ser hecho en semejanza de carne, aunque la inocente carne de Adán, haya sido mucho; pero para ser hecho en semejanza de carne de pecado, la carne de pecadores, rebeldes; carne, aunque no manchada, ¡mas desfigurada miserablemente por el pecado! ¡Oh, qué es esto! ¡Y quién puede declararlo! …¡Pero, oh, las admirables condescendencias del Salvador, para tomar tal naturaleza! ¡Para ponerse tal ropa cuando se encuentra tan rota y gastada! ¿En esto se convirtió el Hijo de Dios para vestir? ¡Oh inescrutable gracia!” (Works, Vol.1, p.228)

“Y más aún, por Su encarnación fue grandemente humillado, si consideramos a este como muy envuelto, confuso, y disfrazado, que durante el tiempo que Él vivió aquí, no parecía como Dios; sino como un pobre, lamentable, despreciable pecador, en los ojos del mundo; lo menospreciaron. ‘Este dijo’ (Mateo 26:61). Por este medio “Se despojó a sí mismo” (Filipenses 2:7). Esto manchó su honor y reputación. Por el motivo de esto Él perdió toda estima y honor de aquellos que lo vieron, ‘¿No es éste el hijo del carpintero?’ (Mateo 13:55). El ver a un hombre pobre viajando de aquí para allá en el país, en hambre, sed, cansancio, acompañado de un grupo de hombres pobres; uno de los cuales tenía la bolsa, y aquella de la que echaban en ella (Juan 13:29). ¿Quién que lo haya visto, habría alguna vez pensado que este haya sido el Creador del mundo, el Príncipe de los reyes de la tierra? ‘Fue menospreciado, y no lo estimamos’” (Works, Vol.1, p.228-229)

“De nuevo, Cristo fue grandemente humillado por Su encarnación, en vista de que de esta manera Él fue puesto a una distancia de Su Padre, y ese inefable gozo y placer que eternamente tuvo con Él. No creas, lector, pero el Señor Jesús vivió en la más alta e inimitable tasa de comunión con Dios mientras caminaba aquí en la carne: pero incluso vivir por fe, como Cristo lo hizo aquí, es una cosa; y estar en el regazo de Dios, como lo estaba antes, es otra. Tener las inefables delicias de Dios perpetuadas y continuar en Él, sin un momento de interrupción de la eternidad, es una cosa; y tener Su alma a veces llena del gozo de Dios, y luego cubierta con nubes de ira otra vez; el llorar, y que Dios no escuche, como Él reclama (Salmos 22:2). No, para ser reducido a tal baja decadencia de comodidades espirituales, como para ser forzado a gritar tan amargamente, como lo hizo, ‘Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?’ (Salmos 22:1). Esta fue una cosa a la que Cristo le era muy poco familiar, hasta que fue encontrado en costumbre como un hombre” (Works, Vol.1, p.229) (Works, Vol.1, p.226-229)

Traducido por Jorge Saavedra

3 Comentarios

Josefina Ayala Zendejas

Muy bendecida de leer este artículo, cómo se llama el libro, y está traducido al español. Gracias por este recurso en español de su ministerio, Dios los bendiga, y al hno. Washer, que el Padre todopoderoso, le siga dando fuerzas para continuar con el ministerio, bendiciones hermanos, desde CD. Acuña, Coahuila, México.


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csantos624

Josefina, gracias por tu comentario. Todas las referencias están al final de cada articulo o párrafos si es que son diferentes citas. Este artículo fue compuesto de John Flavel Obras, Vol.1
Dios te bendiga.


Samuel Rijo

Poderoso y muy edificante sermón, estoy asombrado por la profundidad el Señor sabe dar. El Eterno premie tales esfuerzos de traducción.


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