Así como ya hemos establecido muchas veces en esta breve obra, la Gran Comisión is primeramente un esfuerzo teológico o doctrinal. Es acerca de comunicar la verdad de Dios al hombre. Por lo tanto, sobre todas las cosas, el misionero debe ser un cristiano que es instruido adecuadamente en la Palabra de Dios y un instructor capaz de otros. La lógica es irrefutable:

Primera Premisa: La Gran Comisión es un esfuerzo doctrinal, la comunicación de la verdad de Dios a los hombres.

Segunda Premisa: La única fuente autorizada de toda la doctrina cristiana es la Palabra de Dios i.e. la Escritura.

Conclusión: Aquellos que serán misioneros deben hacer su principal objetivo entender, asimilar y comunicar a otros las Escrituras en palabra y obra.

En lo que queda de este capítulo, consideraremos tres importantes textos de las Escrituras que apoyan la conclusión de que el misionero esté adecuadamente preparado para su labor al grado de que él sea adecuadamente instruido en la Palabra de Dios y pueda manejarla de manera precisa verdades para la instrucción de otros.

El Ejemplo de Esdras

Uno de  los más poderosos ejemplos de las verdades presentadas en las instrucciones arriba se encuentra  en la vida de Esdras y su ministerio a aquellos que regresaban a Israel después del exilio:

“Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del Señor, y a practicar la , y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel.” [1]

La primera cosa que destaca acerca de Esdras es que él “había dedicado su corazón” para hacer el ministerio de la Palabra de Dios su prioridad. Esto es entendible a la luz del hecho de que todo el exilio fue el resultado de la ignorancia de la gente de la Palabra de Dios y la desobediencia de Su voluntad. Así como Esdras, el misionero debe llegar a la inamovible convicción de que ‘este es el gran problema de los hombres, y que la comunicación de la Palabras de Dios en el poder del Espíritu Santo es su única cura. Es esta convicción la que guió a los apóstoles que declararon, “Y nosotros nos entregaremos a la oración y al ministerio de la palabra.”[2] Es en esta convicción que resultó la larga influencia de su ministerio a través de las décadas y a través del globo.

“Como Esdras, debemos consagrar nuestras vidas al estudio de la verdad de Dios y así podamos vivir la verdad de Dios.”

La segunda cosa en la vida de Esdras que es digna de imitar es la intencionalidad la meticulosidad con la cual él se encargó del ministerio de la Palabra. Él no solo determinó su corazón para enseñar, lo cual hubiera guiado a la superficialidad; sino que propuso en su corazón a la vitalicia disciplina del estudio, practicando, y después enseñando. El orden no es coincidencia, sino intencional. De hecho, el orden puede ser la más importante verdad que podemos recoger de la vida de Esdras. Como él, debemos consagrar nuestras vidas al estudio de la verdad de Dios y así podamos vivir la verdad de Dios y así podamos proclamar la verdad de Dios. Este orden también es reflejado en el recuento de Mateo de la Gran Comisión de Cristo a la iglesia: “enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.” [3] El misionero no solo enseña lo que ha aprendido, sino también lo que está viviendo. No debemos ni siquiera entretener la ideas de ir al campo misionero a menos que hayamos puesto nuestros corazones como el de Esdras al estudio, práctica, y la enseñanza de las Escrituras.

El Verdadero Sacerdote

El profeta Malaquías fue el último profeta del Antiguo Testamento y en muchas maneras sus escritos presentan las palabras finales de Dios a Su pueblo previo al advenimiento de Cristo. Su predica demuestra que después del exilio, Israel una vez más había caído en decadencia moral como el resultado de su ignorancia y desobediencia a la Palabra de Dios. El remedio y la necesidad de ese día era de un verdadero sacerdote que pueda instruir al pueblo tanto en palabra y en hecho. Tal sacerdote es descrito en el capítulo dos:

“Mi pacto con él era de vida y paz, las cuales le di para que me reverenciara; y él me reverenció, y estaba lleno de temor ante mi nombre. La verdadera instrucción estaba en su boca, y no se hallaba iniquidad en sus labios; en paz y rectitud caminaba conmigo, y apartaba a muchos de la iniquidad. Pues los labios del sacerdote deben guardar la sabiduría, y los hombres deben buscar la instrucción de su boca, porque él es el mensajero del Señor de los ejércitos.” [4]

En esta hermosa descripción del verdadero sacerdote de Dios se encuentran muchas virtudes que deberían ser imitadas por el misionero. Aunque una apropiada y exhaustiva exposición del pasaje requeriría varios capítulos, solo tenemos espacio para solo la más breve explicación: Primero, las leyes o palabras del pacto fueron el objeto de profunda reverencia para él. Él reverenció la palabra de Dios. Segundo, su vida y ministerio estuvo marcado por una profunda reverencia por el nombre de Dios. tal reverencia por Dios es cultivada a través del estudio de la Palabra de Dios. Tercero, su vida y ministerio estuvo marcado por verdadera instrucción y el justo ejemplo de su vida. Como resultado, muchos dejaron su iniquidad y restauraron la comunión con Dios. Finalmente, él fue el reservorio y guardián del conocimiento Escritural. El fue el verdadero mensajero de Dios a los hombres, y él era conocido entre los hombres como uno del cual pueden escuchar la voz de Dios. ¡Oh, que el Señor pueda levantar una generación de misioneros de este calibre! ¡Esto cambiaría el mundo y dejaría un legado que afectaría a incontables generaciones futuras!

En contraste con el verdadero sacerdote, el Señor por medio de Malaquías también describió al sacerdote inútil e infiel:

“Pero vosotros os habéis desviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la ley, habéis corrompido el pacto de Leví —dice el Señor de los ejércitos. Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, así como vosotros no habéis guardado mis caminos y hacéis acepción de personas en la ley.” [5]

El sacerdote desleal e inútil es descrito como uno que se ha alejado de Dios al alejarse de Su Palabra. Él no enseñó el completo consejo de la ley de Dios sino que se hizo a sí mismo juez de la Palabra y enseño solo lo que se conformaba a su propia manera de pensar y a sus deseos carnales. Como resultado, otros fueron llevados al extravío al mismo error y corrupción. Por esta razón, Dios quitó el manto y majestad del sacerdote. Aunque el pensó haber cambiado la ley de Dios para ganar la aprobación del pueblo, Pronto fue reconocido como un fraude y despreciado por los mismos de quienes había pedido aprobación.

¡Oh, que el Señor pueda levantar una generación de misioneros de este calibre! ¡Esto cambiaría el mundo y dejaría un legado que afectaría a incontables generaciones futuras!

Lo arriba mencionado ha sido puesto en escena innumerables veces a través de la historia de la iglesia. Esto sucede cuando el misionero ya no sostiene las Escrituras en alta estima sino que se pone a sí mismo como su juez y reinterpretase su palabra por medio de los lentes de su propia opinión carnal o la de su cultura impía. Esto pasa cuando el misionero atiende a las enraizadas perspectivas anti bíblicas de grupos de personas a quienes él ha sido enviado, cambia la eterna Palabra de Dios para hacerla menos escandalosa, más agradable, y fácil de incorporar en su presente cosmovisión mundana. Esto resulta en error y juicio. La personas continuan en su error y siguen expuestas a la ira de Dios. El misionero pierde su manto y autoridad como mensajero de Dios. Se vuelve inútil para Dios, peligroso para los hombres, despreciado por las personas, y bajo juicio. ¡Oh, que Dios nos mantenga lejos de tal error y de sus consecuencias eternas!

El Encargo de Pablo a Timoteo

Las palabras finales de una persona frecuentemente son sus más importantes. Por esta razón, incluso nuestro sistema legal considera que la última voluntad y el testamento de una persona son obligatorios e inalterables. En la segunda carta de Pablo a Timoteo, encontramos su última voluntad y testamento para su joven discípulo, y haríamos bien en prestar la máxima atención a cada palabra. Una advertencia en particular se destaca entre todas:

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que maneja con precisión la palabra de verdad.”[6]

Este texto es el equivalente Neo Testamentario al ejemplo que puso Esdras el escriba ante nosotros. Esdras “propuso en su corazón” estudiar, practicar, y enseñar la ley de Dios. Timoteo fue encomendado ser “diligente” en “manejar con precisión la palabra de verdad.” La palabra “diligente” en “manejar con precisión la palabra de verdad.” La palabra “diligente” viene de la palabra griega spoudázō, lo cual también comunica la idea ansia y hasta prisa. Esto implica una “estar presto a gastar energía y esfuerzo.”[7] Significa “estar empeñado en algo y esforzarse fervientemente por ello.” [8] En resumen, hemos de arrojarnos al estudio de la Palabra de Dios con intencionalidad, dedicación, y pasión.

El texto continúa enseñándonos que el ministro no estudia por estudiar, sino que él debe ser un obrero y la Palabra de Dios es la herramienta de su oficio. Si él ha de ser aprobado por Dios como un siervo útil para ambos Dios y el hombre, él debe aprender a manejar con precisión la palabra de verdad. La frase “manejar con precisión” viene de una sola palabra griega, orthotoméo, la cual literalmente significa “cortar derecho.” La idea comunicada es que debemos aprender a interpretar y enseñarla palabra de Dios con la mayor exactitud o precisión. Si el corte del cirujano realiza incluso la más mínima desviación de la marca, esto puede resultar en la muerte de su paciente. Si el misionero se desvía en su división de la verdad de Dios esto puede traer muerte sobre un grupo entero de personas.

Si esperamos hacer el bien a las personas a quienes somos enviados, y si esperamos tener la aprobación de Dios en el esfuerzo, debemos estar empeñados en conocer la Palabra de Dios y gastar toda la energía necesaria para estudiarla y aplicarla a nuestras vidas,  y enseñarla a otros. De lo contrario la única alternativa es la vergüenza.

Conclusión

La Gran comisión tiene que ver con la comunicación de la verdad de Dios a los hombres. Si el misionero ha de ser un siervo útil de Dios en esta comisión, debe dedicarse al estudio, práctica y enseñanza de las Escrituras.  Esta verdad se aplica, no solo al maestro, predicador y evangelista, sino a todos los que irían al campo extranjero.  Aunque no todos son maestros, a todos se les ha dado la capacidad de conocer a Dios a través de Su Palabra y darlo a conocer a otros con precisión, claridad y valentía.  El profeta Jeremías nos dice que una de las características sobresalientes del Nuevo Pacto es que todo el pueblo de Dios, desde el más pequeño hasta el más grande, poseerá un conocimiento extraordinario de Él y de Su obra redentora.[9] El apóstol Juan nos asegura que todos nosotros, dentro de la comunidad de fe, tenemos al Espíritu Santo viviendo en nosotros quien puede iluminarnos y conducirnos a la verdad.[10]

 Teniendo todas estas promesas, sigamos adelante para conocer al Señor a través de Su palabra.[11] Seamos como los bereanos de noble espíritu quienes recibieron la palabra con gran entusiasmo y examinaron las Escrituras a diario.[12]  ¡Que Dios nos dé misioneros que están literalmente saturados de la Palabra de Dios a través del estudio, la memorización, la meditación, la oración, la obediencia y la proclamación!

1.   Esdras 7:10

2.    Hechos 6:4

3.    Mateo 28:20

4.    Malaquías 2:5-7

5.    Malaquías 2:8-9

6.    II Timoteo 2:15

7.    Loud & Nida, 25.75

8.    Diccionario griego Mounce 

9.    Jeremías 31:34

10.  I Juan 2:20-21 — I Juan 2:27

11.  Oseas 6:3

12.  Hechos 17:11

1 Comentario

nohora epia cerquera

que bendicion tan grande haber conocido al pastor Paul Washer porque a traves de el puedo ver una verdad absoluta al exponer o enseñar la palabra de Dios en el se refleja y manifiesta el verdadero amor de DIOS. Me he enamorado profundamente de mi Cristo porque me enseño a conocerlo y esta es una base fundamental para permanecer con una conviccion solida creyendo confesando y esperando que nada ni nadie me separe de el y poder llegar fiel hasta lamuerte y recibir esa corona de vida que hay para mi. es un gran siervo de Dios que inspira confianza porque expresa su sentir cuando expone la palabra. varon de Dios que me ha ayudado ha entender y conocer un evangelio puro y verdadero.
te amo pastor Washer y que Cristo este siempre a tu lado.


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