“La incomparable excelencia de esto, nuestro pariente: El es un Niño, un Hijo, un Gobernador, bastante extraordinario. Oye Su nombre, exhibiendo su naturaleza y sus perfecciones. No podemos comprender sus gloriosas excelencias; Él esta «lleno de maravillas», podemos verlas y maravillarnos con ellas, pero nunca llegaremos a comprenderlas. En sabiduría, Él es el ‘Consejero’, con quien el Padre toma consejo, y a quien ha puesto por consejero de pobres pecadores en sus casos más complejos. En poder, Él es ‘Dios Todopoderoso’ para quien nada es muy difícil de realizar. En continuidad, Él es ‘El Padre Eterno’, que existe por siempre y para siempre; a través del tiempo y la eternidad, Su sabiduría y poder serán el porvenir. Y también en mansedumbre, y accesibilidad a los pobres pecadores, aunque Él sea un Príncipe, El es ‘el Príncipe de Paz,’ hablando, obrando, garantizando paz. Él murió por paz. ¡Él es maravilloso! (Obras, Vol. 10, p.180)

Traducido por Jennifer Duran

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