Robert Haldane escribe, “Cristo, entonces, no fue hecho en semejanza de la carne del hombre antes de que el pecado entrara al mundo, sino que en semejanza de su carne caída. Aunque Él no  tuvo corrupción en Su naturaleza, tenía los pecados de nuestra carne.  El hombre, en su estado presente, puede ser diferente grandemente de lo que era Adán cuando fue formado de la mano de Su creador. Nuestros cuerpos como son presentados, son llamados ‘nuestro estado de humillación’ (Filipenses 3:21). Jesucristo fue hecho en la semejanza del hombre actual. La tradición menciona la belleza de Su persona cuando estaba en la tierra; pero esto es sabiduría de hombres. En ninguna parte las Escrituras presentan a Cristo en su madurez como distinguido por su belleza personal.  Ninguna observación de este tipo, procede ni de Sus amigos o enemigos, o registrada en los Evangelios” (Traducido de Geneva Series, Romanos, p.323).

John Murray escribe, “ Por lo tanto, la pregunta es: ¿por qué Pablo utilizó el término “carne de pecado” cuando es necesario guardar tan celosamente la pureza de la carne del Señor? Él está preocupado en mostrar que cuando el Padre envió al Hijo a este mundo caído, de miseria, y de muerte, Él lo envió de tal manera que Lo trajo a la más cercana relación que fuese posible con la humanidad pecaminosa sin que Él mismo venga a ser pecaminoso. Él mismo era santo y sin contaminación – la palabra “semejanza” guarda esta verdad. Pero Él vino en la misma naturaleza humana, y ese es el propósito de decir ‘carne de pecado.’ Ninguna otra combinación de términos pudo haber satisfecho estos propósitos tan perfectamente. Está marcado en el lenguaje del apóstol la gran verdad de que cuando el Padre envió al Hijo, lo envió para la más profunda humillación concebible para Él, que era el Hijo de Dios y quien, en su naturaleza humana, fue ‘santo, inocente, inmaculado, apartado de los pecadores.’ Hebreos 7:26” (Traducido de NICNT, Romanos, p.280)

Charles Hodge escribe, “En cuanto a la forma en la que Él se mostró, fue ‘en semejanza de carne de pecado.’ No fue simplemente “en la carne”, vestido en nuestra naturaleza, por lo que podría haber sido dicho, fue encarnado en gloria en la naturaleza impasible de Adán antes de la caída. Mucho menos fue ‘en carne de pecado,’ porque eso implicaría que su naturaleza fue contaminada, lo que estaría en contra de Hebreos 4:15 o a toda la Escritura, sino que fue “en semejanza de carne pecaminosa” quiere decir, en una naturaleza como nuestra naturaleza pecaminosa, pero no pecaminosa en sí misma. Cristo tomó nuestra naturaleza física arruinada, sujeto a las debilidades que el pecado trajo con ella. Por lo tanto Él fue susceptible al dolor y al cansancio, y a la tristeza. Él pudo ser tocado en un sentido por nuestras debilidades. El fue tentado en todo según nuestra semejanza. Él es por lo tanto, un Sumo Sacerdote misericordioso y digno de confianza.” (Traducido de Epístolas a los Romanos, p.252)

William Hendricksen escribe, “Él asumió la naturaleza humana no en la condición que Adán tenía antes de la caída, ni en la condición en la que Cristo mismo tiene ahora en el cielo, ni en la condición que Él revelará en el día de su glorioso regreso, sino en la condición caída y por lo tanto débil, llevando los resultados del pecado (Isaías 53:2). Ciertamente, esa naturaleza fue real, y tan igual que la de otros seres humanos. (Hebreos 2:17). Aunque fue real, se diferenciaba a la de los hombres en dos aspectos: (1) Su naturaleza humana y sólo Su naturaleza humana fue unida en unión personal con la naturaleza divina desde su misma concepción. (Juan 1: 1,14); y (2) Aunque llevaba los resultados del pecado (por lo tanto sujeta a muerte) no era pecaminosa en sí misma… Cuando Jesús se encarnó ¿Como lo consideraron los hombres? ¿Qué pensaron que Él era? La respuesta es: en su estimación Él era un ser humano, al igual que ellos en muchos aspectos: ¿Habían venido a este mundo a través del proceso natural de nacimiento? De igual manera Él (Lucas 2:7) (ellos no comprendieron el misterio del nacimiento virginal). ¿Habían sido envueltos en pañales? (Ezequiel 16:4) De igual manera Él (Lucas 2:7). ¿Habían crecido? De igual manera Él (Lucas 1:80). ¿Tenían hermanos y hermanas? De igual manera Él (Mateo 13:56). ¿Aprendió algún oficio? De igual manera Él (Marcos 6:3). ¿Sintieron a veces hambre, sed, cansancio, sueño? De igual manera Él (Mateo 4:2; Juan 4:6-7; Marcos 4:38) ¿Estuvieron alguna vez tristes o enojados? De igual manera Él (Marcos 3:5) ¿Lloraron a veces? De igual manera Él (Juan 11:35). ¿Se regocijaron, por ejemplo en las bodas? Él también asistió a bodas (Juan 2:1-2) ¿Estaban destinados a morir? De igual manera Él, aunque en Su caso esa muerte era física, eterna, voluntaria y vicaria (Juan 10:11) y ellos no comprendieron. En toda Su forma, por lo tanto, Él fue reconocido como un ser humano, El tenía la apariencia y el aspecto exterior de los hombres. Su forma de vestir, costumbres y modales parecían a los de Sus contemporáneos. Ellos estaban correctos hasta cierto punto en cómo Lo consideraban.” (Traducido de Filipenses, p.110-111)

3 Comentarios

Sergio Fuentes

Gracias hno por compartir estas poderosas verdades que en medio de tanta oscuridad nos alumbra a seguir nutriendo nuestra vida espiritual en nuestro camino hacia la perfección


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ANDY DE LA CRUZ VASQUEZ

Excelente articulo, espero continúen con esta labor de proveer herramientas literarias con doctrinas cristiana al cuerpo de Cristo en América Latina.
Agradezco si esta en sus posibilidades el enviarme mas material de literatura en español o indicarme donde la puedo comprar.
Bendiciones.
Andy Jr.
Ciudad de Panamá


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csantos624

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